Y justo lo contrario es lo que les estamos enseñando a nuestros hijos. Está bien que los smartphones y sus aplicaciones pueden resultarnos útiles en muchos aspectos, pero debemos ser conscientes que somos nosotros los responsables de enseñar a nuestros hijos cuándo deben desconectar de la tecnología y disfrutar de la naturaleza en estado puro, pues del juego al aire libre también obtenemos beneficios para nuestro desarrollo.

En 2015, el doctor Yoni Freedhoff de la Universidad de Ottawa predijo que el aumento de la realidad aumentada aportaría nuevas posibilidades al juego en el exterior. Afirmaba que “Los niños jugarán al aire libre otra vez, siempre que hagamos este entorno mejor”. Un año más tarde, un conocido juego de “cazar” muñecos llenó las calles y los parques de las ciudades de niños en busca de nuevos personajes.

Pero a pesar de jugar fuera, este juego a través de la tecnología fomenta la soledad, a pesar de estar más conectados hoy en día, tenemos menos trato personal, y los niños ya no juegan con otros niños, sino que lo hacen solos.

Es por todo ello que los padres debemos enseñarles lo “saludable” que resulta desconectar de la tecnología para disfrutar del entorno y del juego con otros niños. Para conseguirlo también debemos los padres dejar a un lado nuestros dispositivos móviles, ir con ellos al parque a dar un paseo sin nuestros móviles, jugar a juegos tradicionales en familia. Es esencial que los padres mostremos a nuestros hijos cómo disfrutar de la naturaleza y de la vida real sin que se interponga una pantalla entre nosotros.

No es necesario prohibir la tecnología en casa, solo debemos estar seguros que disfrutamos de suficiente tiempo para las conexiones reales, de tiempo para el juego que nos enseña nuevos retos, normas sociales, empatía, nos enseña a compartir y mucho más.

Fuente: appadvice.com