Los adultos somos muchas veces la fuente de inspiración para nuestros peques, por ello también es necesario que aprendamos a jugar, a imaginar, a ser creativos…para convertirnos en su ejemplo y poder compartir con ellos momento de juego, risas y diversión.

Muchos adultos admiten que el mayor problema con el juego de sus hijos es que muchas veces no comprenden y no saben fomentar la imaginación y creatividad de los más pequeños.

Para solucionar este pequeño problema, la autora Mireia Long nos da algunos consejos que nos harán ser mejores padres y educadores, o al menos, más creativos.

Juega con los niños o, sencillamente, juega: el juego nos permite desarrollar nuevas estrategias, disfrutar de nuestra inteligencia y desarrollar nuestros talentos. Una forma maravillosa de jugar es hacerlo con los niños, poniéndonos a su altura, sin dirigirlos o imponernos.

Abúrrete: el aburrimiento es enormemente creativo ya que nos obliga a la introspección y a las preguntas. Si dejas un tiempo semanal para el silencio, la inventiva tomará las riendas.

Lee un libro nuevo de un tema o autor que no conozcas: descubrir un libro completamente nuevo puede darle la vuelta a nuestros pensamientos.

Conoce personas de otros lugares del mundo: enriquecerán tu visión con sus experiencias.

Conoce la fantasía y la ciencia ficción: te abrirá la mente a mundos que no has soñado y aprenderás a ser tú también creador de nuevos universos.

Acércate a la naturaleza

Recupera una actividad que te apasionaba en la infancia: nunca es tarde para recuperar esas pasiones que hacían la vida tan emocionante y te hacían sentir lleno de vida y alegría.

Haz algo que siempre deseaste hacer

Aprende cosas nuevas: no sólo nos hará más sabios, sino que nos ofrecerá la oportunidad de repensarnos.

Fuente: Bebesymas

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