Microrrelato del juego y el juguete
Coto, mi juguete para siempre. (Por Silvia Picotudo)
David tenía un oso desde que nació. Nunca se separaban. Era tanta su unión que hablaba con él, como si estuviera vivo. Una noche, David soñó que su oso Coto hablaba y jugaba con él. Para David estaba siendo un día maravilloso, su sueño se había hecho realidad. Cuál fue su sorpresa y desilusión cuando se despertó y vio que Coto, seguía allí acostado a su lado en la misma posición en la que lo había dejado al acostarse. Pero había una diferencia en su oso, ¡tenía una sonrisa enorme en su carita que jamás había estado allí!