Por todos es sabido que el juego y los juguetes son esenciales en la infancia ya que a través del juego los niños no sólo se divierten, sino que también aprenden y desarrollan sus capacidades. Pero lo que destaca en el estudio realizado por la Universidad de Lethbridge en Alberta (Canada) es la importancia que el juego tiene para el desarrollo de la principal parte de nuestro cerebro.

Y cuando hablamos del desarrollo del cerebro, como apuntan los expertos, el tiempo en clase puede pasar a un segundo plano ya que el juego es el principal protagonista de este desarrollo. Como afirma Sergio Pellis, un investigador de la Universidad canadiense, las experiencias de juego modifican la conexión neuronal de la parte frontal del cerebro, y es aquí, en el cortex prefrontal, donde durante la infancia se forman los principales “centros de control” de nuestro cerebro.

Como muestra este estudio, esta parte del cerebro es la que controla y regula nuestras emociones, la encargada de elaborar planes y solucionar problemas. Por ello, como destaca Pellis, “jugando es como preparamos nuestro cerebro para la vida, el amor e incluso el trabajo de aprendizaje”.

Pero para que el juego haga efectivo el desarrollo de esta parte del cerebro es necesario que los niños dispongan de suficiente tiempo para poder practicar el juego libre. Sin profesores, árbitros ni reglas. Por ejemplo, como apunta el estudio, “cuando dos niños van a construir un castillo de arena juntos, estos deben negociar cómo lo harán y qué normas van a seguir. En estos momentos el cerebro está construyendo nuevos circuitos en el cortex prefrontal que ayudarán al niño en las interacciones sociales”.

Fuente: npr.org