Hasta los dos añitos, parece que nuestro peque ha ido aprendiendo poco a poco y los procesos han sido más calmados.  Aprender a andar y correr, comer solo, pintar, jugar con otros niños, hablar…pero a partir de ahora su psicomotricidad dará un salto de gigante y su socialización también: necesitan el contacto con otro niños.

A partir de los dos años, el niño observa lo que le rodea y va comparando, clasificando y analizando, aprendiendo nuevos conceptos y queriendo ser cada vez más independiente. Pero muchas veces se siente frustrado porque no llega a dominar algunas habilidades como le gustaría. Por ello es necesario que, como papás, pongamos a su alcance los instrumentos necesarios para favorecer estos procesos evitando la sensación de frustración, y con ello, las rabietas.

El juego permite al niño tomar sus propias decisiones, desarrollar su creatividad e imaginación, aprende nuevas normas de comportamiento en sociedad, se sociabiliza con otros niños y compañeros de juego, desarrolla su empatía, aprende a compartir, etc. Todas ellas son capacidades que el peque irá aprendiendo poco a poco a partir de los dos años, y la mejor forma de fomentarlas es a través de diferentes juguetes que le permitan poner en práctica sus habilidades.

Los juguetes de construcción, que les permiten ordenar piezas, encajar y crear serán una buena opción para esta edad. También aquellos que les permitan aprender canciones, bailes… como juguetes musicales interactivos; y juguetes como la plastilina o juguetes con pinturas. Juguetes de arrastre o para montar,  y muñecos son recomendables a partir de los dos años.

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Fuente: Serpadres.es