Los más pequeños cuentan con el apoyo de sus papas desde que llegan al mundo. Durante los primeros años de vida, las figuras paternas se hacen indispensables para el crecimiento y desarrollo de los bebés, puesto que de ellos depende su alimentación, protección, educación, amor…

Pero muchas veces los papás tendemos a seguir “sobreprotegiendo” a nuestros peques cuando dejan de ser tan bebés. Hemos de saber que es norma que los padres queramos siempre proteger y cuidar a nuestros hijos, pero los excesos muchas veces no obtienen resultados positivos.

Darles un poco de liberta o independencia, no es signo de que los padres seamos descuidados, sino todo lo contrario. La independencia en edades tempranas es indispensable para que los niños aprendan a enfrentarse al mundo y a otras personas, además les proporcionará seguridad en sí mismos y aumentará su autoestima.

Los niños que gozan de esta libertad tienen posibilidades de logar más cosas, no temen competir (ganen o pierdan), son más creativos y tienden a tomar la iniciativa. Estos niños se convertirán en adolescentes y adultos más felices.

Pero, ¿qué hacemos para desarrollar esta independencia?

En la web facemama.com encontramos varios consejos:

• Los papás tienen que enseñar a sus hijos a ser autónomos no realizando por anticipado las acciones que desean realizar los niños.
• A medida que crecen deben dejarlos solos realizando sus actividades y juegos, siempre bajo su supervisión, pero sin interceder en ellos.
• Es aconsejable designar actividades y tareas a los más pequeños para que vayan poco a poco adquiriendo responsabilidades y dándose cuenta de que ellos solos también pueden. Actividades como: recoger sus juguetes, vestirse solo, comer sin ayuda, cepillarse los dientes, ayudar a poner y quitar la mesa, bañarse solo….

Con estos pequeños gestos los peques irán adquiriendo mayores dosis de independencia, ya que aunque nos cueste verlo, no permanecerán junto a nosotros todo el tiempo.