Así lo revela un estudio realizado por Ines Wilhem, del Instituto de Psicología Médica y Neurobiología del Comportamiento de la Universidad de Tübingen en Alemania.

Durante el sueño de los niños sus cerebros transforman todo aquellos aprendidos inconscientemente durante el día en conocimiento activo. Es por ello imprescindible que los niños duerman lo suficiente.

Investigaciones previas en adultos han demostrado que dormir tras el aprendizaje impulsa el almacenamiento a largo plazo del material aprendido, ya que durante el sueño la memoria se transforma de tal manera que facilita el aprendizaje futuro, el conocimiento implícito se hace explícito y su transferencia a otras áreas se hace más sencilla.

 Pero en los niños el sueño es más duradero y más profundo, y durante las horas que duermen deben  integrar enormes cantidades de información  cada día. En el experimento, con niños de entre 8 y 11 años, se obtuvo como resultado que tras el sueño el grupo de niños podía recordar más cantidad de elementos de una fila de números que aquellos que recordaban estando despiertos.

Fuente: Larazon.es